
Cuando se está en crisis y, tienes a una mujer al lado, ella es tu sentido. Cómo soportar la existencia cuando sentimos que todo se cae y nos aplasta, disfrutando de lo que tenemos. El mañana tiene sentido aunque el hoy esté podrido, eres tú quien debe buscarlo y encontrarlo en los detalles.
No dejes que las nubes del oscuro y frío invierno opaquen la luz de la primavera y la dulzura de las caricias honestas, que te acompañan. Si las nubes no quieren irse, sigue intentando y mira a tu mujer que te quiere feliz y te protege en eterno silencio. Busca la búsqueda y no caigas y si caes, recuerda que ella es tu precipicio y no te dejará caer. No dejes que tu existencia sea un peso in-soportable. Dale la mano a ella y juntos hagan liviano ese peso que aplasta y agobia.
Sí hay rumbo que seguir, sus ojos lo indican, sólo detente a mirarlos. El sentir nos mueve. Ese sentir especial, sublime, mágico, nos hace ver la vida de colores y mezclarlos. Es cierto. Créelo. El sentir te invita a su laberinto, a sus túneles paralelos que se unen al final siguiendo la luz que incita a vivir. Y por eso, tu voluntad se encadena al ser y al no-ser. La vida es un constante caos en movimiento.
Y la noche cae sobre tu cansada existencia y ella te mira y te cuida, mientras tú duermes y el nuevo día comienza y te invita a arriesgar, descubrir, sentir y disfrutar.