¿una guerra?

En la universidad conversaba con una compañera acerca del corte de gas de parte de Argentina.

Terrible.

Un verdadero caos. Se corta el gas de cañería y pierde la clase media alta y la clase alta. El peor problema estimado fue la falta de calefacción, pero la gente entrevistada decía que no podrían cocinar, no podrían ducharse, ni siquiera tomarse un café o un té, dependiendo el gusto.

Personalmente, lo encuentro terrible.

La clase media no puede movilizarse en un transporte público digno y los otros, sin gas.

Escuché un comentario que implicaba guerra. ¡Qué miedo!

Obvio que Argentina gana y Chile pierde.

No es por desmerecer a Chile, pero Argentina llega al tiro y a nosotros nos costaría llegar a Buenos Aires y en el intento, chao.

Un poco extemista, ya que cuando estaba con mi hombre viendo las noticias en el canal 11, escuché que se suponía que a la media noche se abría el gas y todo feliz denuevo.

Lamentablemente, el paro de basureros está recién empezando y hoy, camino a la u en la micro, las calles estsaban llenas de basura. Algo que le hace mal a Santiago. Más smog, más bacterias y si nosotros no hacemos nada, nuestros hijos van a sufrir las consecuencias.

¿quién decía que eramos una generación muerta y pérdida?

aburrición de día jueves

Hoy me despierto y no me cuesta

No sé cómo vestirme, porque el clima está cuático.

Me congelo en la mañana y me muero de calor al medio día.

Al final, decidí. Tomé desayuno con mi mamá y mi tía transmitía, como siempre, al lado.

Luego caminé las 7 cuadras matutinas para llegar al "paradero" a esperar la micro. Se demoró mucho y una pasó rajá y no paró. Horrible.

Esperé harto y miré la hora: 9:37; jamás iba a llegar a la hora a clases.

Me resigné. Pasó la micro y no tuve problema alguno con la segunda. Llegué a las 10:20 a clases, pero el profesor no protestó.

No me costó mucho integrame, porque el profesor contextualiza.

Fue entretenido y fome también.

Terminé y no tenía nada que hacer hasta las 3: otra clase.

Me encontré con mi hombre y varios compañeros más.

Luego, estuve conversando con la Caro. Después, apareció la Javi: hicimos hora juntas. Demasiado fome todo el tiempo que esperamos.

Comí unas tonteras, entré a clases y semipesqué. Me moría de sueño, de frío y de dolor de cabeza. Cuando iba al paradero, se me pasaron dos micros. Por suerte la otra venía pronto atrás. El chofer me dice: se demora en abrir la puerta y yo le dije: quién yo ? y me dijo: ¡la puerta! y yo me reí nomás. La gente que iba en la micro, también.

Me senté, me tomé un kapo de Frambuesa y unas ramitas saladas. Me fui leyendo para economía y me bajé. Esperé poco rato la otra micro y me fui máximamente apretada. Me bajé, me tomé una dipirona que tenía y caminé.

En mi casa no había nadie y cociné algo. Ahora, estoy escuchando radio y dicen que está todo el mundo resfriado, que la mezcla de smog y frío-calor era fatal y que estamos casi obligados a pasar toda la temporada otoño-invierno resfriado.

Voy a seguir estudiando. Suena Portishead en la Horizonte.

No quiero estar sola y tú estás lejos

Hace frío, es otoño. No llueve

Hay mucho smog en Santiago.

Me pican los ojos. Me resfrío, me mejoro, me resfrío, me mejoro. Un verdadero caos.

No hay micros y tampoco metro.

Mi computador tiene un virus que hace imposible que se pueda usar correctamente y me aburre un estúpido mensaje que manda a cada rato.

Son las 10 de la noche con 20 minutos y estoy sentada frente a este computador con errores y sin música. Estoy tomando coca cola y tengo unas velas que no están prendidas.

No quiero estar sola esta noche y tú estás lejos.

Mi mamá está resfriada y siento sus estornudos desde mi pieza.

Debo dormir porque mañana tengo clases temprano en la universidad, pero me asusta cerrar los ojos el día de hoy. No quiero hacerlo.

No quiero estar sola y tú estás lejos.

Sólo me consuela tu olor atrapado en mi garganta y tus abrazos dulces. Tus besos dulces.

No me abandones, corazón.

Alegría alegre no me dejes sola hoy y nunca y siem-pre.

Sola como una isla, no se me ocurre qué más escribir. Me voy a recostar en la cama. Voy a tomar un libro y comenzaré a leer. Esta noche fría no escribiré en mi cuaderno de colores, como es de costumbre...

No quiero estar sola y tú estás lejos.

emilbus

Un momento sublime. Que dure para siempre.
Hacer que sea más que no-sea.

jueves

El escritorio del computador es agradable.

Tiene un cenicero de "El Salvador". Pañuelos desechables. Una caja donde venía un reloj que me regaló mi tío, pero está lleno de lápices, que no sirven.

La cámara de fotos me mira y yo a ella. Hace tiempo que no me acompaña en mis salidas.

Me da con las canciones y las escucho millones de veces. Ahora, me gustan tres y no han dejado de sonar en el winamp.

Me gusta esa frase de seven up que dice: Haz todo, haz nada.

Me pasa ahora. Hice muchas cosas en la semana y hoy darme el lujo de no hacer nada y dedicarme a escribir. Escuchar música. Relajarme.

Hay una sensación extraña.

No sé qué pasa.

Sólo sé que quiero cerrar los ojos y des-aparecer por mucho tiempo.

La compañía del silencio majestuoso

Una noche fría acompaña. La chimenea abriga el cuerpo, que tirita. El reloj en la pared indica la hora con su tic-tac intenso. La música de las olas acompaña la soledad de la casa. En el cielo, las nubes se conectan con la luna llena.

Sobre la mesa hay un libro, antiguo. Lo tomó y lo hojeo. Respiro hondo y comienzo a leer. Me distrae el café cargado que está servido y una cajetilla con cigarros.

Hay algo que me inquieta levemente. No sé qué es, pero intriga. Dejo de leer y miro por la ventana. No hay nada. Me asusto. La oscuridad nunca me agradó. Hay mucho viento y va en contra de todo. Las ramas de los árboles chocan con los vidrios y me estremezco.

Tranquila, me relajo. Tomo la chaqueta que estaba en el colgador y salgo. Es otoño y comienzo a pisar las hojas amarillas suicidas. Crujen como galletas.

Miro para todos lados: cautelosa. Hace frío, pero no cuela los huesos. Lo puedo aguantar. La noche es negra absoluta, pero la luna cobija y acompaña.

El cielo entiende que mi alma se conecta con la naturaleza. No dejo de escuchar el mar que juega a reírse de todo y de nada.

Hay un aroma fresco. Los ojos un poco llorosos por el frío soportable impiden que distinga bien. Trato de observar y encuentro muchos eucaliptos. Se ha dibujado una sonrisa agradable en mi cara. Encuentro una piedra que parece cómoda. Me siento y prendo un cigarro, el último.