Hace un tiempo el mundo era oscuro y no había objetivo alguno. Las calles eran sucias y no tenían encanto o parecían no tenerlo.
Daba lo mismo todo y las ganas se habían ido de vacaciones. El autoestima estaba en el sub-suelo y nada podía ser peor que vivir.
Nada importaba. Todo era monótono y la rutina parecía formar parte de miles de días sin razón. Todo era aplastante y absurdo. Sólo estaba la ilusión de que algún día la felicidad reinara.
Millones de cuestionamientos. Lágrimas nocturnas. Ocultas por una almohada cómplice y por paredes frías.
Daba lo mismo todo y las ganas se habían ido de vacaciones. El autoestima estaba en el sub-suelo y nada podía ser peor que vivir.
Nada importaba. Todo era monótono y la rutina parecía formar parte de miles de días sin razón. Todo era aplastante y absurdo. Sólo estaba la ilusión de que algún día la felicidad reinara.
Millones de cuestionamientos. Lágrimas nocturnas. Ocultas por una almohada cómplice y por paredes frías.
La soledad es completa y definitiva, sentenciaba en ese entonces sin rumbo conocido. Pérdida en el inmenso universo de miradas desgarradoras y de saludos y miramientos falsos.
Sola en lo solitario. Llena de es de tristeza
Con desilusión de coraza y desconcertada me arriesgaba a seguir la travesía del vivir. Un viaje que parece no tener parámetros. Mis pasos eran de acero y mi mirada desafiaba a todo aquel que quisiera acercarse a mí. De hierro me volvía y mi corazón torpe tropezaba con piedras al azar en la calle.
Los audifonos, los libros y los cuadernos eran una compañía única. Solitaria. La cámara de fotos atrapaba los momentos que soñaba compartir con alguien.
Me sentía absolutamente sola y desprotegida. Las gentes se precipitaban con sus risas burlonas y su felicidad barata. Yo no entendía nada de lo que pasaba y pensaba que debería haber nacido en otro época. Anhelaba ser diferente y poder reír junto a la urbe, pero me era imposible. Ya no podía fingir más. Las personas me parecían aborrecibles y no soportaba su precencia.
Infinitamente pérdida en un mundo solitario e individual. Todo objetivo se vio quebrado en esos momentos y las hojas secas caían y mis lágrimas les hacían compañía. La música instrumental de Islandia era compañía segura todas las tardes. El café y los cigarros fueron mis fieles seguidores. Aún lo son.
Las noches no eran nada y el día me enfrentaba a soportarlo. Sin ganas de conocer a nadie apareció alguien y no puedo dejar de alabarlo. Naturalmente me enceguecí y seguí sus pasos. Sin tener idea porqué la valentía se apoderó de mi ser y me uní a él, que era viento helado y ráfaga de todo y nada.
Una mariposa había venido a habitar en mi alma. Con sus aleteos misteriosos me invitaba a ser parte de una conexión majestuosa. Cerré los ojos y los suyos me atraparon.
El tiempo pasó y el mundo se despejó. El sol se hace presente aunque llueva y relámpaguee. La felicidad dibuja una sonrisa a sus hanchas en mi cara. No puedo celebrar el encuentro con su ser, porque gracias a que él existe en mi vida, todo cambió.
Ahora, la vida es diferente y todo me sonríe. En medio de caos, puedo sobre-vivir y quien me ayuda a crecer es tan mío como el detalle más sublime que existe. Una metamorfosis que no tiene nombre. Un ayuda corazón que fue mi alivio, cuando más lo necesitaba y jamás lo busqué. La vida se encargó de unirnos. Me arriesgué, descubrí y sentí y ahora estoy disfrutando.
Mi sueño es real. La base de todo mi existir existe. El amor es tangible y todo tipo de desilusión fue borrada por su alma certera, sus palabras poéticas y su amor in-condicional.
1 comentario:
tu eres la razon de mi existir hermosa mujer
esperanza de todas mis mañanas
motivo de lucha y exquisita compañía
te amo y es para siem-pre
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