No hay mente
hay una cabeza consciente que te cuenta
que sintió
lo que tú no querías sentir
cuando estabas viviendo
habla el mundo
y el oído oye lo que quiere
oír
se retuerce el tímpano
y el azar aparece
repentino
se calla el mundo
y el oído sólo oye lo que quiere oír
un absurdo diálogo
de dos
de dos que dialogan
mientras otros se ríen de todo y de nada
de la soberbia
y de la tontería
de la incomprensión
y de la duda permanente
sientes lo que no quieres sentir
y ves lo que no quieres ver
aunque no ves
porque sólo el oído está piendiente
la mente no comprende
los ojos miran
pero no encuentran
o quizás encuentran
pero se desvían
los encuentros
son siniestros
el diálogo es también absurdo, pero aún más
porque es tosco
agresivo
y poco táctil.
y, como siempre, me voy corriendo.-
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