"y en el planeta del principito había semillas terribles, eran las semillas de los baobabs. El suelo del planeta estaba infectado por ellas. Y si a un baobab no se le arranca a tiempo después es imposible desembarazarse de él, invade todo el planeta, lo perfora con sus raíces y si el planeta es muy pequeño, y los baobabs numerosos, lo hacen estallar"
Increíble es darse cuenta que en "El principito", que es un libro infantil, se toquen temas no muy infantiles como el sentido de la vida, la amistad y el amor.
Sin duda, cuando uno es niño no comprende el real significado del libro. Somos muy chicos y, la gran mayoría, está ocupado en ser eso: nada más que un niño. De todos modos, quien se encuentre con este libro, después de harto tiempo, le tomará el peso.
La simpleza de vivir en un planeta, que sólo cuenta con algunos volcanes, una rosa y los temidos baobabs, es única. Además, el principito hace un muy buen trabajo: eliminar los baobabs, ya que si él permite que éstos crezcan terminarían destruyendo su planeta.
A pesar de esto, el principito decidió ir a conocer otros planetas. Notable. Ahí, se encontró con personas mayores, quienes manifestaron lo terrible que es crecer y perder la inocencia de la infancia.
En fin, creo que es totalmente posible crecer sin perder la inocencia. Más bien, sin perder el detalle de ser niño y asombrarse de todo y de todos. Disfrutar de un mundo de sublime esencia lleno de lugares por compartir y conocer.
Pasando a otro tema. Es otro tema, pero tiene el mismo objetivo.
Hoy, mientras iba en el colectivo hacia el metro Vicente Valdés, dos señoras conversaban. Una era la que manejaba y la otra, el copiloto. Casi al bajar una le dice a la otra que Santiago es la ciudad más cara de Latinoamérica para vivir, que hay smog, que hay stress, que hay depresión. Yo me bajé del auto y caminé al metro y, mientras viajaba a la casa de Franco, pensaba. Todo mal, decían las señoras en el colectivo.
Y yo: sólo suspiraba y me sentía feliz al darme cuenta que, a pesar de todas las características sox de Santiago, se puede ser y sentir acá.
Increíble es darse cuenta que en "El principito", que es un libro infantil, se toquen temas no muy infantiles como el sentido de la vida, la amistad y el amor.
Sin duda, cuando uno es niño no comprende el real significado del libro. Somos muy chicos y, la gran mayoría, está ocupado en ser eso: nada más que un niño. De todos modos, quien se encuentre con este libro, después de harto tiempo, le tomará el peso.
La simpleza de vivir en un planeta, que sólo cuenta con algunos volcanes, una rosa y los temidos baobabs, es única. Además, el principito hace un muy buen trabajo: eliminar los baobabs, ya que si él permite que éstos crezcan terminarían destruyendo su planeta.
A pesar de esto, el principito decidió ir a conocer otros planetas. Notable. Ahí, se encontró con personas mayores, quienes manifestaron lo terrible que es crecer y perder la inocencia de la infancia.
En fin, creo que es totalmente posible crecer sin perder la inocencia. Más bien, sin perder el detalle de ser niño y asombrarse de todo y de todos. Disfrutar de un mundo de sublime esencia lleno de lugares por compartir y conocer.
Pasando a otro tema. Es otro tema, pero tiene el mismo objetivo.
Hoy, mientras iba en el colectivo hacia el metro Vicente Valdés, dos señoras conversaban. Una era la que manejaba y la otra, el copiloto. Casi al bajar una le dice a la otra que Santiago es la ciudad más cara de Latinoamérica para vivir, que hay smog, que hay stress, que hay depresión. Yo me bajé del auto y caminé al metro y, mientras viajaba a la casa de Franco, pensaba. Todo mal, decían las señoras en el colectivo.
Y yo: sólo suspiraba y me sentía feliz al darme cuenta que, a pesar de todas las características sox de Santiago, se puede ser y sentir acá.
Quizás, después de leer esto, una persona x podrá no encontrarle alguna relación. Sería una pena, ya que si nos ponemos a pensar quienes somos y sentimos en el decorado artificial vivimos en otro planeta como, por ejemplo, en el asteroide B612.
2 comentarios:
hermoso mi amor. estás escribiendo cada vez mejor... no dejes de sentir. nunca.
tu hombre.
Claro, yo antes pensaba q Santiago era el peor lugar para vivir del mundo.. hoy no... me gusta ese aire semi provinciano que tiene y que antes no veía. Estamos en la capital de la provincia más alejada del mundo.
suerte y sigaléh
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