Es un poco tarde para escribir acerca del vergonzoso partido de la selección chile sub20 contra Argentina, pero, al menos para mí, es interesante. (y el cuándo, da lo mismo)
No sé mucho de fútbol, pero siempre me ha interesado. Me gusta aquel deporte. Por lo mismo, puedo decir, sinceramente, que encontré horrorosa la escena del jueves pasado. ¿cómo es posible que se lleven detenidos a un grupo de jóvenes que sólo estaban haciendo deporte? y, peor aún, ¿por sólo saludar a los hinchas compatriotas que apoyaban?, luego del terrible deselance -3-0- que tuvieron que soportar, bajo un arbitraje lleno de críticas bien merecidas.
Claro es, además, que no se llevan detenidos a cualquiera. Algo más deben haber hecho aquellos jóvenes, que lo hicieron muy bien en el campeonato. Sin duda, no hay salud que aguante un trato de ese tamaño, con bandas eléctricas y gas pimienta en los ojos. Sobre todo, después de un caliente partido, donde se podría haber ganado, pero, por razones de un árbitro que les creyó todo a los argentinos, se perdió. Hasta Condorito fue expulsado del campo de juego.
Rabia. Eso es lo que cada uno de los chilenos sentimos luego de ese partido. Además, los ánimos estaban en lo más alto del ser. Recuerdo que ese día fui al supermercado con mi mamá y veía como todos los grupos compraban carne para asados, cervezas, piscolas. Hasta las papas fritas estaban agotadas, para el picoteo mientras se pasa el nervio y la emoción de ver que la selección de tu país se está jugando a ganador en la final del mundo.
Una pena. Mala cueva, como se dice. En todo caso, nos conformamos con el tercer puesto. Es lo mismo de casi todos los torneos, pero clichémente "algo es algo". No es bueno ser conformistas, pero en este caso no se puede hacer más. Hasta a República Checa quisimos apoyar todos, ya que Argentina nos logró sacar mucha pica, como siempre ha sucedido con el "país vecino".
Hoy, mientras caminaba afanosamente por el persa Bío-Bío en busca de una cuerina para Franco, veía en el millón de televisores encendidos que Argentina iba ganando. ¡qué rabia!, pensó mi inconciente y el inconciente colectivo. En fin, no tengo idea cuál habrá sido el resultado final, pero el partido ya casi terminaba y Argentina llevaba la delantera.
Sólo nos queda seguir apoyando el deporte nacional, ya que de algo nos debemos sentir orgullosos. Por algo en este tipo de "concursos" no remunerados económicamente, pero sí en cuanto a orgullo, existen más puestos aparte del primero. No es la idea obtenerlos, pero hay que reconocer que llegamos a la final y eso debe celebrarse. No sé cómo, pero sí demostrando apoyo por ese grupo de jóvenes deportistas que jugaron el todo por el todo.
Y, como escuché en alguna conversación de "expertos futboleros": "lo importante no es ganar, sino hacer perder al otro".
2 comentarios:
Claudia Angélica Sánchez Picker.
Ese día jueves, mis vecinos me invitaron a ver el partido a un pub en Las Terrazas del Plaza Vespucio. Tú sabes que el fútbol no es mi pasión, pero al estar dentro de ese recinto, con ellos y los demás, impactados por aquel partido, me llegó a contagiar,y hasta yo sentí rabia. Quizás fue solo un "compatriotismo" o lo que sea, pero me enfermó la conducta que tuvo, y la cagada que quedó después con policía canadiense.
Y bueno, ayer mientras almorzaba, me quedé viendo el partido final, y también apoyando a República Checa.
Jaja, esas son las instacias en las cuales veo fútbol. De los panamericanos no me despego nunca, y menos de los olímpicos.
muer te adoro. :*
la muer que anda en la pla yaaaaH :W
muer tengo un carretaL donde al paula -elmo- xD
lobyu muer disfruta con tu gordasional.
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