No sé.
No es que haya sido a propósito.
Si tuvieramos el poder de retroceder el tiempo, sería distinto.
Pero no se puede.
Los actos se quedan y no se olvidan, hasta el momento.
Si tuvieramos la capacidad de presentir que el caos se aproxima, claramente lo evitaríamos.
Pero somos capaces de sentirlo.
Al menos, de manejarlo.
Y es que hay que estar tan conciente de lo que hacemos y decimos, que la cabeza se mezcla con ideas disparatadas.
Pero podemos no hacer del momento un caos infinito.
La distancia ayuda, pero mata en silencio la apatía.
La maldita indiferencia.
El no-comunicar completamente.
El silencio incómodo.
La lágrima contenida.
Conténganse malditas lágrimas intrusas.
Aguanten el deseo de gritar desenfrenadas.
Cálmense.
Calma el alma.
Suspira.
Habla.
Piensa.
Comprende.
No sé.
No entiendo. Quiero entender, pero no sé por dónde partir.
No tengo la respuesta a mi inquietud.
Quiero tranquilidad.
Tengo miedo.
No entiendo. No entiendo. No entiendo.
Quiero que escuches como grita el silencio cuando hablamos.
Qué inocente.
Qué sensato.
Qué estúpido.
No entiendo.
Malditos momentos, llenos de agujas punzantes que atraviesan mi débil cuerpo, ayúdenme.
Necesito volver a nacer.
Quiero desaparecer y volver a internarlo.
Quiero nuevos colores.
No aguanto.
Nadie.
Sé que el poder está en mis manos, pero realmente me esperarías toda la vida.
Realmente me quieres esperar.
Realmente soy yo.
Dímelo.
Grítalo en silencio, pero por favor muéstrame que estamos vivos.
Muéstrame que ahí está la lucha.
Dime que aún seguimos siendo dos contra todos, contra el decorado artificial.
En este espacio sin fin me hundo esperando.
Espero una señal.
Quiero cerrar los ojos y descubrir otros colores.
Respirar aquellos colores.
Soñar.
Esperar.
Convertirme en viento,
y entrar por tu ventana.
2 comentarios:
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t e e x t r a ñ o
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