Perspectivas diferentes nos unen
nos atrapan
se van.
¿Es cruel?
La piadosa dulzura de sus abrazos me hace agua
me enloquece
me seduce
me arrastra.
Me complico. Me relajo.
No importa.
No pienso.
Disfruto.
Gozo.
De cualquier forma, me arriesgo.
No me contengo.
Soy honesta.
Me arrepiento.
Lloro.
Me enojo.
Me río.
Descubro.
Me irrito.
Me voy.
Me quedo.
Dónde estoy.
Quiénes somos.
Qué pasa.
Es un sueño.
Es real.
Es real.
Las hojas secas.
La diferencia.
La verdad.
Los ojos.
Las manos.
Colchón de hojas
Las flores.
Ladrones.
Cómplices.
Solos en la selva.
Rescátame.
Ándate.
Cállate.
Hasta el extremo.
No entiendo.
Quién entiende.
No importa.
Manifiéstate.
Siento.
Palpita mi corazón.
No veo.
No escucho.
No hay nadie más.
El sol entre las ramas.
El sol alumbra.
Las nubes.
La compañía.
Corro.
Me desespero.
Suspiro.
Canto.
Escribo.
No sé.
Hablo.
Me callo.
Silencio.
Nos vamos.
3 comentarios:
El odio se fue. Es parte de la liberación del espíritu.
Las palabras empapadas de lágrimas y sangre se secaron
sin verguenza vomité mi sentir angustiado
dolido y dañado
atacado y confundido.
En un último respiro se fue la impotencia
algo me ha enseñado vivir y es
a vivir-siendo-feliz
Estoy tranquilo sintiendo de nuevo el vibrato del hermoso viento,
observando la erección de los bellos de mis brasos.
Sonrío en silencio. Respiro profundo. El mundo me saluda.
En un río oscuro quedó todo vestigio de resentimiento. El cuerpo no quiere esa contaminación.
El alma se eleva sobre las imperfecciones de la carne y apunta felina sus flechas de oro hacia la felicidad de una vida sencilla y tranquila.
Estas palabras de paz son casi llevadas por el viento al olvido o a la memoria de lo que no tiene importancia. Son hechos menores, sin ambiciones ni esperanza.
Adiós pasados presentes que jamás volverán:
ni en la coincidencia del pensamiento ni en el recuerdo
Me alejo lento de esa montaña. Otra vez. Sin mirar atrás.
Respiro profundo. El viento me golpea travieso la cara. Sonrío en silencio. El alma está en paz.
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