devuelta

Casi dos semanas inolvidables.
Sin organización, directo a disfrutar de los azares de un veraneo distinto.
Me gusta.
Me río.
Disfruto.
No lo olvido, porque es único.
No faltó nada.
La vida del oso y más.
Risas por montones.
Anécdotas y más.
Buscando señales, cinco almas esperan en silencio.
No encuentran.
Sueñan.
La naturaleza se encargó de mostrarnos un momento excelso.
Un eclipse en medio de la nada.
La oscuridad total.
El momento perfecto.
Más gente. Sólo unos pocos disfrutando.
Ahí está la señal.
Mravillosa.
Luego, la luna ilumina.
Antes de partir al norte, mi mamá me dijo que no importaba que no hubiera luz, pues las estrellas y la luna iluminarían.
Y no se equivocó.
El reflejo de éstas en el mar fue poco. Un luminosidad mejor que cualquier otra.
Junto a ti.
Junto a tu recuerdo y tu aroma.
Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.