escritos nocturnos

Las calles vacías a mi vuelta.
De vez en paso me encuentro con miradas de perros abandonados en la noche solitaria.
Soy parte de ellos y busco mi destino.
Falta poco por llegar y tengo miedo de la oscuridad.
Miro para todos lados, y no hay nadie.
Sólo las luces de un auto que acelera desenfrenado por las calles desiertas.
Raudo pasa delante de mí, pero no me asusta.
Estoy fuera de mi casa y con las llaves en las manos.
El corazón apretado y el grito pegado en el cielo.
No miro hacia el fondo de la casa, y tratando de no equivocarme de llave, me apuro hasta la puerta principal.
Por suerte la luz está prendida.

Me paro. Prendo un cigarro.
No hay encendedor.
En mi bolsillo.
Escucho la canción que creo que te conectó conmigo esa madrugada de domingo.
Staralfur.

En "sociedad" pienso en hoy,
en ayer,
en mañana.
Pienso cuando creí que no era necesario.
Pienso porque sí.
Porque se arrebata mi sentir y me obliga
a darme cuenta realmente de lo que está pasando.
Soy la propia protagonista de mi historia y debo encontrar sentido.
Lo hay.
Eres tú.
Las infinitas respuestas que añoré en sueños empapados en lágrimas secretas, hoy se hicieron carne. Sólo con-tigo. Sólo en ti.
No es más que amor petrificado.
No es más que un abrazo fuerte contra la lucha. En la lucha.
Por la lucha.
En medio de todo mal y todo bien, te veo venir.
Te beso en enterno silencio.´
Único.
Y es verdad que el mundo se detiene cuando estoy con-tigo.
Es otro momento junto a ti.
El más soñado.
El de mis desvelos, el que imagino en silencio abrumador con sol caliente que quema a quienes se burlan de todos, con caretas ante sus semejantes, con cartones para todos quienes son nuestros sueños, nuestros milagros, aquellos seres increíbles, maravillosos, inconfundibles.
Mientras eso pasa, tú todo lo iluminas.
Con tu todo. Con tu nada.
De noche. De día.
Con palabras perfectas.
Con sonrisas conciliadoras.
Con peleas re-constructivas.
Con errores tan humanos como existir con sinceridad aquí, donde las marionetas nos azotan contra dioses de otro planera, que ni siquiera se merecen mayúsculas.
La vida es nuestro canto contra todos
y contra nadie.
Te daré seguridad en lo eterno.
En lo terreneal.
En lo i-real.
Tan sólo siente.
Cierra los ojos. Te invito a seguir descubriendo colores.
A seguir creciendo.
A continuar los caminos de la vida, de la mano del viento tembloroso, que juega con la luz de las hojas.
Toma mi mano.
Siempre haz sido tú.
Vámonos con el viento, y seamos alma.
Seamos cuerpo.
Como siem-pre, amor mío, como siem-pre.